El tiempo pasa inexorablemente, pero, para unos más lento que para otros. Hoy se cumplen 10 años desde que un grupo de jóvenes decidieron acercarse a la madre de Dios a través de su advocación de la Divina Pastora. Sabían que el camino no era fácil ni corto, pero ¿quién puede con el cariño y la devoción a María?
Y empezaron su caminar. Nos regalaron a los cofrades – y a Chiclana- una Virgen de semblante sereno y mirada penetrante, una devoción más a quien rezar y la esperanza de tener pronto en las calles una cofradía más para engrandecer, en cantidad y calidad, nuestro tiempo de Glorias.
Trabajo diario, constante, progresivo… creciendo en todos los campos que debe de cuidar quien aspira a ser una futura hermandad. Todo esto se pudo ver reflejado cada vez -no tantas veces como nos hubiera gustado- que la agrupación parroquial se ponía en las calles el día de su salida procesional. Poco a poco, eran más los cofrades, feligreses y chiclaneros que caían a las plantas de la Divina Pastora, hasta que… “con la Iglesia hemos topado”.
Un cambio de normativa Diocesana prohibía a las agrupaciones parroquiales salir con sus imágenes en salida procesional y, además, exigía un mínimo de 10 años para poder erigirse como hermandad.
Pues bien, hoy se cumplen 10 años de este grupo parroquial. Hoy, el sueño debería de estar más cerca que nunca. Hoy, debería de comenzar una cuenta atrás donde todas y cada una de las personas de las cuales depende que esta agrupación se convierta en hermandad, deberían de allanar y facilitar el camino para dicho objetivo.
Nosotros creemos que, han dado una lección de trabajo continuo y callado, testimonio de fe y devoción a la Santísima Virgen y que, los pastoreños, son claros merecedores de recoger los frutos sembrados durante estos 10 años.
Pastora, Chiclana te espera en las calles.
