Historia de la Virgen de los Remedios

La primera y más antigua imagen mariana que existe en nuestra ciudad, Nuestra Señora de los Remedios, atesora una larga historia que se remonta al periodo medieval, dentro de un largo, lento y amplio periodo como es el de la repoblación de la villa que ocupa casi dos centurias entre los siglos XIV y XV. Pero la Historia (entendida en base a ‘lo escrito’), como sucede con la historia de la Humanidad, se enlaza con la pre-historia a través de diversas interpretaciones coherentes y de estudios antropológicos que hacen que comprendamos aquellos periodos en los que faltan las fuentes escritas. Algo así sucede con la historia de la Virgen de los Remedios, que más allá de las fuentes escritas, ha sido estudiada en base a los conocimientos del periodo histórico en el que surge dicha devoción, como también a través de las características y estilo de la talla…

Esa pre-historia de nuestra Virgen de los Remedios llega a fundirse con la leyenda que ha entrado como fuente escrita por medio de la cultura y sabiduría popular a través de los siglos. Pero también la narración oral de cuanto se ha escrito y dicho sobre la Virgen de Chiclana no ha quedado exenta de ciertos matices no del todo ciertos en cuanto a la cronología histórica se refiere.

Recientemente publicaba el periodista chiclanero Juan Carlos Rodríguez en su libro Laurel y rosas algunos datos concretos sobre la historia de la Patrona, con referencia a antiguos escritos tanto sobre el descubrimiento y puesta al culto de la bendita imagen como de su hermandad. Refiriéndose a los escritos del presbítero José Bisso y Torres, la hermandad ya estaba constituida en 1512. Recientes estudios demuestran la existencia anterior de la hermandad, como las investigaciones realizadas por Jesús D. Romero Montalbán, quien refiere una fecha mucho más remota, a finales del siglo XIV o inicios del XV. Datos que se pueden confirmar siguiendo la documentación de la antigua y primera hermandad conocida en nuestra ciudad: la cofradía hospitalaria de San Martín – después llamada también de Nuestra Señora de los Remedios –, la cual ya aparece en las fuentes escritas en la lejana fecha de 1430.

Si hilamos la historia documental de la cofradía con la investigación de la etapa bajomedieval en las villas señoriales, en pleno proceso repoblador y tras las sufridas epidemias de la anterior centuria – que llevó a grupos de cristianos a practicar la caridad por medio de la asistencia hospitalaria y espiritual en diferentes lugares – , puede entenderse que en Chiclana de la Frontera (que formaba parte de los estados del duque de Medina Sidonia) esta cofradía tendría una destacada labor durante la repoblación de la villa, comenzada en 1303. Sin embargo, las conocidas dificultades del siglo XIV hacen pensar que la cofradía de San Martín comenzaría a ejercer su labor desde finales de dicha centuria, consolidándose como la principal institución de la villa en el primer tercio del siglo XV, con la fundación de la primera iglesia: la de San Martín.

Por su parte, la Virgen de los Remedios, que a través de sus características y estilo de talla se encuadra entre las devotas imágenes de la Reconquista (como la antigua de Covadonga, la Fuensanta, la Cabeza…), se relaciona históricamente con el periodo de repoblación de la villa de Chiclana, ubicada en la Frontera entre cristianos y musulmanes, donde eran frecuentes las razias o incursiones de los moros en un territorio aún poco poblado y defendido. De esta etapa surge también la leyenda de los Palmaretes, donde se narra que la imagen fue hallada por un pastor en un lugar a extramuros de la entonces villa cercano al cerro de las peñas – el actual de Santa Ana –. Cuenta la misma leyenda que cuando el pastor la encuentra la lleva hasta la iglesia de San Martín (la única por entonces en la villa). Esto quiere decir que la Virgen de los Remedios es puesta al culto en el siglo XV, y no en el XVI como se ha dicho con frecuencia por un repetido error de interpretación de algunas fuentes.

El padre Domingo Peña, en su Historia de los Padres Agustinos Recoletos en Chiclana de la Frontera (1949) hablaba de este hecho ocurrido «en el siglo decimoquinto», aunque también ofrece una fecha aproximada que es la de 1565 (que es la que está marcada en el monolito realizado en 2002 en la calle de Palmaretes). Ya el historiador Domingo Bohórquez se refirió a este error de fechas, aunque no aclaró si el padre Domingo Peña erraba en el siglo o en el año. Por eso, como apuntaba recientemente Juan Carlos Rodríguez en el mencionado libro Laurel y rosas es lógico pensar que la Virgen de los Remedios fue descubierta en el siglo XV, y no en el XVI. Por otra parte, si fuese en 1565, la Virgen no pudo haber sido llevada al convento de los Agustinos – como también relata el padre Domingo Peña –, pues esta orden llega a Chiclana años más tarde, en 1577. En la centuria anterior, en cambio, sí existía la iglesia de San Martín, cuya cofradía ya se encontraba por entonces en la calle Convento durante la baja Edad Media y la advocación de Remedios alude precisamente a la labor hospitalaria de la cofradía. Cuando se establece en este lugar la Orden de San Agustín el 12 de mayo de 1577 ambas partes acordaban ciertos compromisos, entre los que se encontraba el celebrar allí liturgia y fiestas propias de la cofradía, que conservaron los frailes una vez establecidos.

La Virgen de los Remedios es también la primera advocación mariana que llegó al Nuevo Mundo, y la principal devoción de la Edad Moderna entre la oligarquía local. Los señores de la villa (desde 1445 duques de Medina Sidonia), fueron hermanos mayores de la Virgen durante estos siglos. Una devoción que continuaba en el XVII en personas tan célebres de la nobleza española como se sabe que le profesaron por ejemplo, Doña Ana Gómez de Silva y Hurtado de Mendoza, esposa del VII duque de Medina Sidonia, D. Alonso Pérez de Guzmán y Zúñiga, y sus descendientes.

En 1738 fue nombrada por el cabildo y el clero como Patrona de Chiclana, quedando establecida desde entonces su fecha de celebración a perpetuidad el 8 de septiembre. Y en 1916 es proclamada por bula del Papa Benedicto XV como Patrona de esta Ciudad.

Por Alberto Morales

Fuente: Juan Carlos Rodríguez, «Laurel y rosas. Historia, cultura y patrimonio en Chiclana de la Frontera desde su origen hasta nuestros días» (2020).

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