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El patronazgo civil de Nuestra Señora de los Remedios

De los documentos más importantes de la primera mitad del siglo XVIII que se conservan en el Archivo Histórico Municipal, son las actas capitulares de los sucesivos cabildos que tuvieron lugar en febrero de 1738, en los que se votó a la Virgen de los Remedios como Patrona de Chiclana de la Frontera, así como también quedó instituida su fiesta; documentos históricos en los que se detalla todo el proceso llevado a cabo por las autoridades civiles y eclesiásticas que otorgó tal rango a nuestra Virgen y que se celebrase su fiesta anual con carácter municipal.

Corría el año de 1738. Tras dos años de sequía, la infertilidad de nuestros campos y ganados hacía peligrar cada vez más el abastecimiento de la población. Los años de sequía, al igual que los de epidemias (a veces también parejos) eran los males más temidos por la población, que tanto dependía de las cosechas. Ya casi finalizando el seco invierno de 1738, el 13 de febrero tenía lugar un cabildo en el que se acordaba llevar a la Virgen de los Remedios y al Señor del Refugio a la Iglesia Mayor, trasladándose desde el convento de San Agustín, donde aún radicaban. (El Señor del Refugio era la primitiva imagen de los Afligidos; una pequeña talla a la que desde antiguo se le daba culto en el convento de San Agustín y que, al igual que la Virgen de los Remedios, los Agustinos trasladarían a San Telmo en 1778).

Por su parte, en esta petición de rogativas y posterior concesión del título de Patrona a la Santísima Virgen de los Remedios, tuvo mucho que ver el que fuera corregidor en aquel momento: D. Alonso Valdés y Saavedra, gran devoto de la Virgen y precursor de su patronazgo. Era abogado de los Reales Consejos, Corregidor de Justicia Mayor y Capitán de Guerra de Chiclana en diversos períodos de tiempo: 1729- 1734; 1737-1747; y 1751-1759. Destacó también por promover en el siglo XVIII importantes obras de gran calado en la ciudad: inició las obras de la emblemática Torre del Reloj sobre lo que en aquel momento eran las casas capitulares; remodeló la Fuente del Común (Fuente Vieja), así como también construyó el primer puente de cantería. También durante su mandato – y dado el incremento de población en el barrio de San Sebastián (La Banda) – se recibieron en el Ayuntamiento solicitudes para fundar dos conventos: el de los franciscanos en la iglesia de San Sebastián, y el de los capuchinos en lo que era la capilla del Carmen.

Alonso Valdés y Saavedra será quien va a promover la celebración de estas rogativas, que una vez aprobada la propuesta en cabildo, el viernes 21 de febrero se produce el traslado de la Virgen de los Remedios y del Señor del Refugio a la Iglesia Mayor de San Juan Bautista. Y tan sólo tres días después, el día 24 hizo acto de presencia la tan ansiada lluvia –según consta en las actas capitulares – sin previas señales y de forma abundante y beneficiosa. Así, durante el Cabildo celebrado el 25 de febrero se acordaba el nombramiento de Nuestra Señora de los Remedios como Patrona de Chiclana de la Frontera y de esta forma, el Consejo de Justicia y Regimiento de Chiclana lo proclama el día 27, junto al venerable clero de la villa, acordando además la celebración de fiesta anual a celebrar cada 8 de septiembre (que era el día en el que ya desde antiguo se veneraba a la Virgen de los Remedios), dotando a dicha fiesta de 240 reales de vellón: treinta para la limosna de la misa, sesenta para el sermón, noventa para doce libras de cera que se ponga en el altar y trono; y los sesenta restantes para emplearlos en los ludos fuegos.

Asimismo, esto se le debía hacer saber a la Orden de los Agustinos, quienes lo habían de aprobar, pues se acordó que el padre predicador había de ser de la Sagrada Religión Agustiniana, que eran los custodios de la Virgen. Así lo propondría a los religiosos de la Orden Fray José Londoño, calificador de la Suprema y General Inquisición y prior del convento de San Agustín de Chiclana de la Frontera, aprobándose al día siguiente, 28, para protocolarlo y para que se entendiera que:

desde este año de mil setecientos treinta y ocho es de obligación para este convento dicha fiesta (…). Y así lo votaron de común consentimiento los que abajo firman en dicho día, mes y año. Ut supra:

Fray José Londoño, Fray Juan Ramos; Fray Andrés de Aragón, Fray Juan de Aguilar, Fray Manuel de Córdoba, Fray Vicente Abreu, Fray Diego Rodríguez, Fray Bernardo de León, Fray Manuel de Aragón.

De esta forma surge la fiesta de nuestra Patrona tal como la conocemos – como fiesta municipal – el 8 de septiembre, aunque como ya mencionan en las actas capitulares, la Virgen de los Remedios era venerada desde tiempo antes ese mismo día, Natividad de Nuestra Señora.

Ya en el siglo XX, el Papa Benedicto XV proclamaba en Roma mediante bula dicho patronazgo el 12 de julio de 1916, elevándolo a rango canónico. Será en este último siglo cuando el día de la Virgen conoce un gran auge especialmente entre las clases populares, con la celebración de la vendimia y las ofrendas florales.

Por Alberto Morales (El Museo Cofrade)

Fuentes:

Jesús D. Romero Montalbán: «El corregidor Alonso Valdés y Saavedra, artífice del nombramiento de Nuestra Señora de los Remedios como Patrona de Chiclana de la Frontera en 1738» (2016).

Imágenes:

. Una de las cuatro pinturas alusivas al patronazgo de Nuestra Señora de los Remedios en la iglesia de San Telmo, realizada en 1916.

. Cartela de una de las caídas laterales del paso de Nuestra Señora de los Remedios, realizada por Fray David Conejo, mostrando la fecha en que el Cabildo la nombró Patrona de la ciudad.

. Foto portada José Antonio Ramírez

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