En la jornada de ayer le tocaba a la Festividad del Carmen, una de las fiestas más populares y celebradas en el territorio nacional, sufrir las consecuencias de esta nueva normalidad con la que convivimos a regañadientes. En Chiclana celebramos la fiesta del Carmen por tierra y mar, pero ayer se vivió en la intimidad de los templos, en la eucaristía.
La Hermandad del Carmen Atunera que cada 16 de julio hace «volver a la vida» al poblado marinero de Sancti Petri, decidió acertadamente suspender tanto la romería como la procesión marítima. Durante los días previos celebró su Solemne Triduo en la Capilla de Sancti Petri, celebrando su Función Solmmne anoche a las 21:00h con la participación de hermanos y fieles, así como de la corporación municipal y representantes de las Hermandades y Cofradías de la ciudad.
Por su parte en la Parroquia San Sebastián se ha vivido intensamente estos cultos del Carmen durante los días previos con la celebración de la Novena dedicada a la Virgen. En la jornada de ayer, a las 20:00 horas daba comienzo con una gran afluencia de público la Misa Funeral en honor a todas las víctimas de la Covid-19, sustituida por la procesión que debería haber recorrido las calles de La Banda y el centro de la ciudad.
Una jornada cofrade más que va cogiendo el carácter de normalidad y en el que en los «corrillos cofrades» encontramos la resignación de esta nueva enfermedad con la que nos ha tocado convivir. Una resignación que se va tornando en preocupación de cara a la Semana Santa 2021, en como se vivirá y como llegaremos entonces. De momento los cofrades de Chiclana siguen mostrando su responsabilidad y buen hacer en estos tiempos de crisis, veremos si son capaces de buscar una alternativa segura para unos futuros cultos externos en esta nueva normalidad que parece dispuesta a quedarse durante más tiempo de lo esperado.
