Juan Carlos Jiménez: «En la actualidad costalera veo que existen tres vertientes diferentes»

Juan Carlos Jiménez es capataz actual del paso de palio de María Stma. de las Lágrimas y Esperanza así como del Cristo del Amor de Chiclana. Comenzó su andadura en la costalería en el año 1994 bajo el manto de su virgen de la Esperanza siendo su capataz por primera vez en el año 2009, ese mismo año también es capataz de la Patrona introduciendo la herramienta del costal. Juan Carlos ha tenido el bien de atendernos en esta entrevista para conocer un poco más su método de trabajo en la Semana Santa de Chiclana. Comenzamos con la entrevista:

En primer lugar, ¿cómo ve la actualidad costalera en nuestra Semana Santa?

Pues en la actualidad costalera veo que existen 3 vertientes:

La primera es la que creo que está estancada y no le veo ningún tipo de evolución. Bajo mi criterio pienso que ese estancamiento hace que con el paso del tiempo se debiliten.

La segunda vertiente es quien intenta hacer el trabajo lo más digno posible, pero tiene ciertos problemas como son:

Que las Juntas de Gobierno no permiten tocar las mesas para poder realizar ciertas modificaciones muy necesarias para poder ejecutar un trabajo costalero de la forma más depurada posible. (Chiclana tiene muchas parihuelas con necesidad de modificaciones sensatas y lógicas).

Y un principal problema (intrínseco en el ser humano) es el escaso nivel de autocrítica que tenemos.

Y la tercera vertiente que veo es la que tanto capataces, como Juntas de Gobierno, van de la mano y están realizando muy buenos trabajos costaleros. Eso trae en consecuencia un nivel de trabajo muy alto y una salud costalera muy palpable, y digo costalera porque no es lo mismo tener hombres que costaleros.

En los años 80 se produce el “boom” de las peñas de costaleros en Chiclana produciendo un gran cambio en la costalería de nuestra ciudad, ¿podemos decir que en la última década con el cambio de herramienta al costal y la manera de llevar nuestros pasos se produjo otro “boom”?

A ver… cuando en el año 2009 se introdujo el costal el día 8 de septiembre en la Patrona, se nos catalogó de osados con una vida muy corta con la herramienta.

En la Cuaresma del 2010 fuimos los únicos que apostamos por ello pero las condiciones climatológicas no permitieron la salida, pero con los ensayos quedó más que demostrado que el cambio era posible.

Luego hubo un cierto «boom» apostando por la herramienta pero como he explicado en la pregunta anterior todo el mundo fue cogiendo su vertiente, lo que conlleva a que hoy hay cuadrillas que apuestan por ello, otras que se arrepintieron y otras que no quieren ni oír hablar de ella. Entonces sí se considera eso un «boom», pues será, pero yo no lo veo así, veo que todo está evolucionando muy poco.

Y con respecto a la forma de andar… a ver se resume todo con las 3 vertientes de la primera pregunta. Hay pasos que si los ves hoy y viajas en el tiempo 30 años atrás, te das cuenta que es lo mismo. Otros que han evolucionado porque el paso del tiempo los ha llevado con su inercia, y otros que sí hay un buen trabajo y en consciencia un gran cambio.
Pero Chiclana en la última década no ha tenido ningún «boom» según mi forma de verlo.

En los últimos años la costalería de Chiclana ha encontrado su estabilización en cuanto a la unificación del uso de una misma herramienta como el costal o el estilo a la hora de andar, ¿hemos tocado techo?, o por lo contrario, ¿cree que aún hay mucho margen de mejora en nuestra localidad?

Creo que lo he contestado en la pregunta anterior. Veo todavía poco asentado el mundo costalero en Chiclana para decir que hay una unificación en criterios de herramienta y trabajos. Pienso que hay un gran margen de mejora.

De ser así, ¿en qué aspectos mejoraría el mundo de la carga en Chiclana?

No soy nadie para decir en que tiene que mejorar nadie, una cosa es hablar en general y otra cosa decir lo que tiene o no tiene que hacer nadie.
Yo intento hacer mi trabajo lo mejor que puedo y pongo a examen mi trabajo todos los años presentando mi carta de dimisión al recoger la cofradía. Así las Juntas de Gobierno pueden valorar mi trabajo y evaluar si es viable mi renovación o no.

¿Cree que en Chiclana faltan costaleros? , ¿está preparada nuestra Semana Santa para cubrir de costaleros dos Hermandades por día?

El mundo cofrade chiclanero es muy pequeño y reducido, es así y está a la vista. Es cierto que a día de hoy se llenan los pasos de hombres, pero no todos se llenan de costaleros. Entonces, si hay suficiente número o no depende de muchos factores, pero principalmente del trabajo que se realiza y de cómo se realiza.

Habrá trabajos que aún habiendo 5 hermandades el mismo día no tendrán problemas y otros que aún saliendo solos tiraran de compromisos.

La salud costalera creo que depende del trabajo realizado no del número de hermandades que salgan el mismo día.

¿Qué opinión personal tienen que vengan costaleros de fuera para ayudar a portar nuestras Hermandades debido a la falta de costaleros en algunos pasos?

Si me lo permites cambiaría la palabra ayudar por disfrutar, trabajar, compartir… Yo que te voy a decir si con nosotros trabajan gente de Medina, Cádiz, San Fernando, Los Barrios, Osuna. Para nosotros es un orgullo que las hermandades que tenemos el honor de sacar sean reconocidas por todos lados, es señal de que la hermandad tiene salud y que el patrimonio humano de las hermandades, que es el más importante, va engrandeciéndose. La devoción y la afición no entiende de fronteras o de distintos lugares.

En los últimos meses se viene produciendo un interesante debate en la costalería chiclanera, ¿costalero de afición o de devoción?, ¿cuál es tu opinión al respecto?

Para mí devoción y afición pueden y deben ir de la mano. Mi opinión es que hoy en día hay unas exigencias muy altas y tenemos que hilar lo más fino posible. Aún así, es difícil conseguir el objetivo marcado y para ello es necesario tener técnica, oficio o como queramos llamarlo. Sin duda para ello se necesita afición, pero a la vez no creo que tenga ningún sentido sacar un paso como costalero sin devoción alguna.
Y también hay que saber que una cuadrilla con mucha devoción y sin oficio ninguno, sacará la cofradía, pero no se le podrá pedir las mismas exigencias.

Nosotros los capataces somos los encargados de buscar esa simbiosis entre afición y devoción, y hacer el trabajo lo más exquisito posible, pero con un sentido cristiano y sabiendo cual es nuestro lugar y función.
Está claro que no todos pensamos igual, por eso yo digo que las cuadrillas son el vivo reflejo de la personalidad de cada capataz.

Entiendo que cada capataz tenga su preferencia en ese aspecto, ¿cuál es el perfil del costalero ideal para Juan Carlos Jiménez?

Para nosotros todo el mundo es válido pero manteniendo la estabilidad del grupo y sumando en la misma dirección siempre.
Puedo decir que es raro el año que no entra en la cuadrilla algún hombre que te dice «yo no tengo ni idea, no me he metido en un paso en mi vida».
Y también hay costaleros con muchas corridas encima.
Costaleros que son sólo de la hermandad.
Y costaleros que están por una infinidad de motivos diferentes.
Si se le preguntara a cada costalero, ¿por qué está ahí?, habría casi seguro una respuesta diferente por cada uno. Lo importante es que cuando trabajan juntos, todos lo hacen por un mismo motivo y sentido.

En resumen, en la variedad está la riqueza y hay que saberla aprovechar.

Hablemos de estilos, ¿hasta qué punto puede influir el estilo de carga en el propio carácter que quiere transmitir una Hermandad en la calle?

Pienso que la forma de andar tiene que ir de la mano con el tipo de hermandad que sea, es decir si es una hermandad de negro, de barrio, de centro… No tiene sentido una hermandad de negro andando sus pasos como una hermandad de barrio, cosa que podemos decir que ha existido en nuestra ciudad. Pero eso lo debe tener claro la Junta de Gobierno, saber qué hermandad es la que regenta, conocer la historia de la hermandad y a la vez, saber conducirla con una personalidad acorde al título de la hermandad y las advocaciones que representan sus titulares. Y todo esto trasladarlo a la puesta en escena de la hermandad en la calle y en consecuencia, decidir qué capataz es el adecuado para poder llevar esa senda.

En conclusión, todo influye por eso hay que tener las ideas muy claras.

Respecto a sus cuadrillas, ¿qué estilo le gusta impregnar en el palio de María Stma. De las Lágrimas y Esperanza?, ¿cómo ha sido la evolución en estos últimos diez años desde que empezaste como capataz?

Muy buena pregunta, porque así puedo dar sentido a lo que expliqué antes.
Yo cometí el craso error de cambiar el estilo de andar del palio llevándolo a un estilo que no era el suyo. Tras un tiempo andando por el camino equivocado, la hermandad manifestó su desacuerdo explicando de dónde veníamos, quiénes éramos y que no podíamos perder nuestro sello.
Asumí el error, cambié el camino equivocado y volví a la senda marcada por la historia y personalidad de la hermandad. Hoy en día, la Virgen de las Lágrimas y Esperanza como mejor puede definirse en su estilo es como la definió el Padre David en su pregón de la Semana Santa: «Ella es la gracia torera». Pero impregnada de máxima elegancia, ese es el sello que tras el camino equivocado se le está intentando dar a la Señora del Lunes Santo.

Así que puedo decir que en estos diez años más este año tan caprichoso, la mayor evolución ha sido recuperar el camino y corregir año tras año todo el trabajo realizado el año anterior, para estar a la altura que la Señora de San Telmo se merece.

Levantá del palio de Lágrimas y Esperanza (FOTO: María Benítez)

Con varios Martes Santo ya a las espaldas, en los comienzos vimos al Señor del Amor sólo andando de frente siendo en los últimos años donde hemos podido observar cambios en la cuadrilla imaginamos que con la vista puesta en el futuro misterio, ¿lo que vemos hoy día es el que será el estilo de la cuadrilla del Amor en los próximos años?

Así es, esa ha sido la evolución en los andares del Señor de Fuenteamarga.
Pues sí, puede decirse que en esencia esos serán los andares del Señor. La Hermandad tiene a bien que el Señor haga ciertos cambios en marchas, pero manteniendo la cadencia de paso que le dio la personalidad los primeros años. Fuenteamarga está marcando un estilo en el andar de cambios siendo muy controlados y en su justa medida. Manteniendo la elegancia en el andar y su cadencia, sin caer en grandes estridencias ni en una gran cantidad de cambios. Como dijo el pregonero José Lechuga: «Fuenteamargueando». Esperemos conseguir el objetivo marcado.

De la Semana Santa de Chiclana a nivel de costalería, dime un paso de misterio y uno de palio que le guste andando pero que no pertenezca a su cuerpo de capataces.

Pues, por muy buena priostría y en consecuencia, una buena puesta en escena en movimientos, el paso de palio de la Virgen de la Estrella.

Y en paso de Misterio, por la consolidación, la unión, el tener claro el camino y muchos más detalles de gran grupo humano… el Paso de Borriquita.

Siendo capataz de dos cuadrillas de costaleros en nuestra ciudad, si le llama otra Hermandad de Penitencia o de Gloria de Chiclana para encargarse de dirigir alguna de sus cuadrillas ¿aceptaría?

Ese caso se ha dado ya en alguna que otra ocasión. Para aceptar un proyecto tienen que darse unas circunstancias que muchas veces no llegan a buen puerto por distintos motivos.

Lo que está claro es que en los proyectos hay que creer y entregarse al 100% y reunir todos los condicionantes para poder realizar con garantías el trabajo. Si no es así, mejor dejar pasar la oportunidad.

Para ir finalizando… ¿cree que en Chiclana hay buena “escuela” para formar a los costaleros mas jóvenes o futuros capataces para nuestra Semana Santa?

La «escuela» comienza a funcionar cuando los alumnos quieren oír al maestro, eso es lo primero. Y luego no todos los maestros sirven para enseñar, es todo un poco complicado pero tienen que darse las circunstancias de querer aprender y saber enseñar, y a partir de ahí se podrá comenzar a formar a la juventud.

Yo tengo como referente en «escuela» a la cuadrilla juvenil de Humildad y Paciencia, y como referente en «profesor» a mi segundo, Cristóbal Pérez.
Puedo decir con toda certeza que la mayor hornada de costaleros que hay en Chiclana hoy en día pasaron por sus manos. Y me quito el sombrero ante el gran trabajo que hizo, enseñando unos valores muy necesarios tanto a nivel técnico como humano.

Esto es todo de momento Juan Carlos, muchas gracias por atendernos.

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