Muchos habréis visto esta famosa serie o, por lo menos, conoceréis la temática de ésta. Pues bien, ayer en Chiclana se puso fin a nuestro particular “juego de tronos”. Las elecciones a la presidencia del Consejo de hermandades siempre han estado envueltas en un contexto diferente al de unas elecciones normales de cualquier cofradía ¿por qué? Porque se decide quien llevará el timón de nuestra Semana Santa y, como ustedes comprenderán, no es algo baladí. Se supone que aquellos que van a votar, lo hacen, con la responsabilidad y madurez de saber que el devenir de nuestra semana de pasión está en juego. Pero nosotros, esto, no lo vemos del todo claro, por eso, ¿Qué os parece si hacemos algo de memoria?
En primer lugar, teníamos dos candidaturas. Una de ellas que se presentaba para seguir el trabajo de esta legislatura y, la otra que, descontenta con la labor de este último año, decide salirse y presentar la suya propia.
En segundo lugar, los proyectos. Unos proyectos que, a grandes rasgos, eran muy parecidos y que, uno más que el otro, prometían muchas cosas, pero no especificaban como se harían ese tipo de cosas.
En tercer lugar, los equipos. Aquí viene la parte transcendental del asunto. En Chiclana nos conocemos todos, es así. Sabemos, como se dice vulgarmente, “de qué pie cojeamos”. Por eso nos gustaría realizar dos preguntas para que sirvan de reflexión:
La primera; ¿votan los hermanos mayores pensando en la capacidad y aptitud de las personas que se presentan? O ¿votan dependiendo de la afinidad personal con cada uno?
Y la segunda; ¿votan los hermanos mayores pensando en el bien de nuestra Semana Santa? O ¿votan pensando en el bien de su hermandad?
Ser objetivos es muy difícil, lo sabemos, pero el esfuerzo de separar el interés propio por el interés general debería ser de obligado cumplimiento. Han sido unas elecciones muy reñidas y por eso nosotros nos preguntamos ¿han votado nuestros hermanos mayores con la responsabilidad de saber que es por el bien de nuestra Semana Santa? O ¿lo han hecho por el interés propio de su cofradía?
Sea como fuere, en la conciencia de cada uno está. ¡Ah! pero eso sí, la conciencia es algo más serio y profundo que poner estados de Facebook y Whatsapp.
-El Equipo del Senatus