¿Necesita el clero formación cofrade?

Dice el refrán que “quien tiene boca se equivoca” ¿verdad? Todos podemos equivocarnos al hablar, pero, también es verdad, que cuando se representa a instituciones hay que medir muy bien las palabras y más, delante de los micrófonos, sino, que nos lo digan a nosotros.

El señor Obispo, en una rueda de prensa realizada hace unos días donde se informaba del convenio alcanzado con el Ayuntamiento de Chiclana para el mantenimiento de la ermita de Santa Ana, confundía a una de las grandes devociones de Chiclana como es Santa Ana con una de las de mayor importancia en nuestra ciudad como es, la de nuestra patrona, la Virgen de los Remedios.

A priori, parecería un simple error sin importancia, pero si lo contextualizamos un poco, quizás el error no sea tan superfluo. Habría que tener en cuenta que la hermandad de la patrona está siguiendo el camino marcado por este obispado para conseguir la tan ansiada coronación canónica. Incluso, habría que recordar que, el propio presidente del consejo de hermandades y cofradías, en la misa del 8 de septiembre de 2021, le pidió públicamente al señor obispo, que se encontraba en dicha eucaristía, la coronación de nuestra querida patrona.

No debería el señor Obispo, después de marcar el camino a la hermandad y que ésta esté trabajando por dicha coronación, saber perfectamente cuál es la advocación que aspira a ser coronada y que, además, ostenta el cargo de patrona de nuestra ciudad. Las dos únicas explicaciones que encontramos a lo ocurrido son el desconocimiento del trabajo que está realizando la hermandad de la patrona o el desconocimiento del mundo de las hermandades en general. Sea cual sea, ninguno lo deja en buen lugar.

Y nosotros nos preguntamos, al igual que a los cofrades se les exige cursos de formación teológica ¿no deberían también el clero preocuparse por conocer el mundo de las hermandades y cofradías? No cabe duda, pues está más que demostrado, que en la zona del sur de España la religiosidad se vive a través de las hermandades ¿no deberían, entonces, preocuparse por conocerlas? ¿conocer sus anhelos y necesidades? Porque cuando hace falta un empujón a Caritas, ahí están los cofrades. Cuando hace falta arreglar algún desperfecto de la parroquia, ahí están los cofrades. Cuando hace falta llenar charlas y conferencias, ahí están los cofrades.

Como decíamos al principio, quien tiene boca se equivoca, pero si siempre el desconocimiento y el poco interés apuntan hacia el mismo lado, al final terminaremos creyendo que es cierto aquello que dicen de que, los cofrades somos cristianos de segunda.

El equipo del Senatus

Foto: diariodecadiz.es

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