Volvió un nuevo y esperado 16 de julio. De nuevo la tradición volvió a cumplirse, y tanto el Carmen Atunera como el Carmen de la Banda pudieron reencontrarse con su pueblo.
En Santi Petri el viento de levante hacia presagiar lo peor, que la Virgen no pudiera bendecir nuestras aguas con su procesión marítima, pero como la Virgen todo lo puede, el Carmen Atunera a eso de las 17:00 hora salía en busca del barco que la pasearía por nuestras increíbles playas. Aunque el viento estuvo presente en todo momento y las aguas un poco revueltas, todo se cumplió y la patrona de los marineros volvió a bendecir después de casi 3 años las aguas de Chiclana.
A las 20:30 se abrían las puertas de San Sebastián para que la Santísima Virgen fuera en busca de su barrio. Los componentes de la banda del Maestro «Enrique Montero» lucían un lazo negro en el brazo derecho en recuerdo del compañero recientemente fallecido y por él también fue la primera levantá en la calle.
Momento emotivo el que se vivió en el convento de las hermanas de la Cruz donde las monjitas le cantaron a la Santísima Virgen. Sólo el hecho de poder estar cerca de esas Santas mujeres y ver cómo miraban a la Virgen después de estos años, hizo que mereciera la pena la espera de tantos años. Las luces del centro que el ayuntamiento ha colocado para engalanar las calles dotaron a la procesión de una luz muy especial que dejó estampas preciosas. Un acierto total.
Sin embargo, a la cofradía le faltó ese momento de pellizco, ese momento de arrancar el aplauso del público, ese momento que hace a la cofradía única e inigualable, ese momento TOP como decimos nosotros, que hace de reclamo para que los cofrades vayan en su búsqueda. También se echó en falta el engalanamiento de las calles de su barrio incluso, por qué no, del centro. Ya se vio en años anteriores ¿por qué este año no?.
Sea como fuere, lo importante es que la tradición se volvió a cumplir y el 16 de julio se pudo disfrutar de las dos hermandades del Carmen.