La Capilla del Santo Cristo, puertas abiertas y el imponente Cristo de la Vera Cruz al fondo: estampa de la Chiclana más pura y añeja.
La Hermandad de la Vera Cruz probablemente puso anoche en la calle uno de los más solemnes y emotivos viacrucis que hayamos podido presenciar en la Chiclana Cofrade. La Hermandad del Viernes Santo mostró el gran trabajo que viene realizando estos últimos años con ese carácter de clasicismo que presenta en cada acto que realizan.
El Cristo de la Vera Cruz presentaba un homenaje al recuerdo y pasado de la propia cofradía, cuando el Señor procesionaba solo en su paso. El velo de tinieblas otro de los detalles de este viacrucis que tampoco pasó desapercibido con los exvotos en forma de ofrenda por parte de los devotos y fieles en el reverso del mismo.
La música también tuvo gran parte de protagonismo en este viacrucis. El acompañamiento musical lo ponía el Coro de Capilla de San Pedro Nolasco de Jerez, acompañado del tradicional realejo. Un formato musical que sorprendía al público y los cofrades alli presente por la solemnidad que le daba a todo el cortejo procesional.
El público sin duda otro de los puntos positivos de la jornada. Como si de una tarde de Viernes Santo se tratase, la gente llenó el atrio y gran parte de la plaza para presenciar este viacrucis al que podemos denominar como extraordinario por todos los elementos que presentaba. Queda patente y demostrado que cuando las cosas se hacen bien el público y el cofrade de Chiclana responde, y si se trata de una devoción como la de la Vera Cruz más aún.
El cortejo se ponía en la calle puntual a las 20:00h, sin embargo, no renaudó su marcha hasta practicamente cincuenta minutos más tarde cuando por fin pudimos ver al Santo Cristo de nuevo en la calle. Esto fue debido a la espera de la finalización del Triduo del Santo Crucifijo de la Salud en la propia Parroquia de San Juan Bautista, una muestra más del porqué Vera Cruz no puede adelantar su horario en la jornada del Viernes Santo, puesto que un retraso de estas características será caotico en la Semana Santa.
De todas formas, este aspecto no quitó brillo y lucidez a un viacrucis que sin duda pasará a la historia de la Chiclana Cofrade. Por su solemnidad y su buen hacer desde el primer acólito de la cruz parroquial hasta el último hombre que portaba la parihuela del Señor.
Por Jorge Carmona