LO LLEVAMOS A CABILDO…
En un cielo azul y limpio se recorta la silueta del Ntro. Padre Jesús del Amor, y en su interior vemos una escena cofrade con nazarenos en primer plano y al fondo el palio de María Santísima de las Lágrimas y Esperanza. Todo ello sobre una vista nocturna y diurna de la ciudad de Chiclana con la Iglesia Mayor en el centro de la composición. Estas dos advocaciones y sus nomenclaturas recuerdan casi a una sucesión de los hechos transcurridos en las dos últimas Semanas Santas y ésta tan especial que está por venir. 2020 que fue igual a Amor, 2021 que fue igual a Lágrimas y 2022 que es la Esperanza. Esa Esperanza que tenemos depositada todos en esta Semana Santa y que en esta obra además de en la Virgen se busca en la luz de Chiclana y en ese aire de alegría y de renovación que nos trae esta Semana Santa de 2022. Una renovación simbolizada en el protagonista del cartel, el Cristo del Amor, una de las imágenes más jóvenes de la Semana Santa de Chiclana.
Pues bien, esta es la explicación que ha ofrecido su autor, Antonio Rodríguez Ledesma de lo que es el cartel de nuestra Semana Santa. Yo, con vuestro permiso, voy a ser más claro y directo, un pelotazo, una verdadera obra de arte, que llama la atención y atrae a quien no conoce nuestra semana mayor a informarse, conocerla y vivirla, por lo que este cartel cumple a pies juntillas lo que tiene que ser un cartel anunciador de una festividad. Una obra que ha traspasado las fronteras de la provincia situándose como uno de los mejores carteles de esta Semana Santa en toda Andalucía y me atrevería a decir que de España.
Trabajo inmaculado por parte del artista y por supuesto del Consejo Local de Hermandades que ha tenido el ojo fino de confiar este trabajo a Rodríguez Ledesma. Sobresaliente también para el Ayuntamiento que decidió llevar el cartel, y por ende nuestra Semana Santa a FITUR, un marco inmejorable para promocionar turísticamente la semana mayor chiclanera. Una Semana Santa que me atrevería a decir que es de las más completas de la provincia contando además con un importante valor artístico en cuanto a imágenes y enseres procesionales.
Pero ahora pregunto yo, ¿Estamos los cofrades a la altura de esta Semana Santa? Quizás tengamos que poner un poco más de nuestra parte y aquí me incluyo y yo creo que, salvo contadas excepciones, en este saco estamos todos los que somos cofrades. Es verdad que ahora empieza a oler a incienso y a escucharse sones de marchas procesionales, signo inequívoco de que se acerca la cuaresma y comienza a haber más actividad en las hermandades y los cofrades empezamos a frecuentar algo más las iglesias y las casas de hermandad. Pero claro ser cofrade en esta época de año es muy fácil y todos presumimos de serlo, pero ¿y los otros 10 meses restantes? En esos meses la cosa cambia, y además por desgracia esta situación se ha acentuado más en estos dos últimos años en los que no hemos tenido Semana Santa tal y como la conocíamos. Al cofrade parece que se le ha olvidado lo que es esto, y no sólo al cofrade, también a las propias hermandades, que al fin y al cabo están compuestas por cofrades, y quizás por el hecho de que no hubiera Semana Santa no han tenido esa motivación para superarse y darlo todo en cuanto a cultos, actos complementarios o apostar por la formación que tan importante es.
Yo os animo a todos a contemplar nuestro cartel anunciador de la Semana Santa y pensar realmente y con espíritu crítico si los cofrades de Chiclana estamos a la altura de nuestra semana mayor, pero mientras tanto, lo llevamos a cabildo.
Por Alberto Ayuso